lunes, 30 de marzo de 2020

Clases 4 y 5. Filosofía 6to A, B, Y C. Prof. Herrera. TP conjunto con Prof. Agrello Comunicación 6to A.

Clases 4 y 5.



La expansión de la epidemia del coronavirus a nivel planetario ha obligado a algunos pensadores reconocidos a salir del ámbito académico y a protagonizar debates para el gran público a través de artículos periodísticos. En los enlaces que se ofrecen a continuación, están contenidas sintéticamente las opiniones de dos importantes filósofos contemporáneos: el surcoreano Byung-Chul Han y el esloveno Slavoj Zizek. La tarea que tienen que realizar ustedes es:
1) Explicar con claridad cuál es la posición de estos dos filósofos, respecto a las consecuencias que puede acarrear la pandemia. (Texto 1 y 2)
2) En que disciplina filosófica puedes vincularla y por qué.
3) Tomar partido por uno de los dos pensadores y fundamentar su elección.
4) Explicar la diferencia entre pensamiento crítico y pensamiento dogmático a partir del texto nro 3.
Texto 1        
Zizek sobre el coronavirus: Un golpe letal al capitalismo para reinventar la sociedad.
El popular filósofo Slavoj Zizek, uno de los más ardientes críticos del sistema capitalista y de las "ideologías" sobre las que se apuntala, ha escrito una columna sobre el coronavirus para el sitio Russia Today, buena parte de la cual ha sido traducida en este artículo en Medium. Zizek apunta a que el coronavirus ha destapado la realidad insostenible de otro virus que infecta a la sociedad: el capitalismo. Mientras que muchas personas mueren, la gran preocupación de los estadistas y empresarios es el golpe a la economía, la recesión, la falta de crecimiento del producto interno bruto y cosas por el estilo. Este colapso económico se debe a que la economía está basada fundamentalmente en el consumo y en la persecución de valores propugnados por la visión capitalista, como la riqueza material. Pero esto no tendría que ser así, no tendría que haber una tiranía del mercado. Zizek sugiere que el coronavirus presenta también la oportunidad de tomar conciencia de los otros virus que se esparcen por la sociedad desde hace mucho tiempo y de reinventar la misma: La actual expansión de la epidemia de coronavirus ha detonado las epidemias de virus ideológicos que estaban latentes en nuestras sociedades: noticias falsas, teorías conspirativas paranoicas y explosiones de racismo.
La bien fundamentada necesidad médica de establecer cuarentenas hizo eco en las presiones ideológicas para establecer límites claros y mantener en cuarentena a los enemigos que representan una amenaza a nuestra identidad. Pero tal vez otro –y más beneficioso– virus ideológico se expandirá y tal vez nos infecte: el virus de pensar en una sociedad alternativa, una sociedad más allá de la nación-Estado, una sociedad que se actualice como solidaridad global y cooperación.
Zizek considera que se puede comparar lo que está sucediendo con un famoso golpe asesino de la película Kill Bill, conocido como "técnica del corazón explosivo", con el que la persona que lo recibe aún puede seguir sus actividades por un tiempo, beber una copa de vino, tener una conversación, etc., aunque pronto inevitablemente su corazón explotará y morirá: "Mi modesta opinión sobre la realidad es mucho más radical: la epidemia de coronavirus es una forma especial de ‘técnica del corazón explosivo’ en el sistema global capitalista, un síntoma de que no podemos seguir en el camino que hemos seguido hasta ahora, se necesita ese cambio". Pero quizá de este aislamiento surgirán nuevos valores y se reafirmará la importancia de la comunidad, la convivencia y la intimidad. Lo que es indudable es que es un tiempo de reflexión, un tiempo en el que hay menos ruido y por lo tanto, la posibilidad de mayor claridad.
Texto 2
Byung-Chul Han: “Žižek se equivoca. El virus no vencerá al capitalismo”
El filósofo surcoreano publicó una columna en la que refuta al pensador esloveno y su teoría de que el coronavirus es un golpe mortal ala sistema económico.
Nacido en Seúl en 1959 y residente en Berlín hace 35 años, el autor de La sociedad del cansancio publicó una columna sobre la crisis sanitaria en el diario El País. Titulada La emergencia viral y el mundo del mañana, en ella el filósofo contrasta las medidas adoptadas y los resultados dispares obtenidos en Asia y Europa.
Profesor en la Universidad de Artes de Berlín, Byung-Chul Han habla de la ventaja de los ciudadanos asiáticos ante la epidemia. Por tradición cultural, dice, ellos son más propensos a obedecer y confían en el Estado, a diferencia de los europeos.
Del mismo modo, subraya la forma en que China pero también Taiwán y Corea, utilizan las datos digitales de los ciudadanos. “Sobre todo, para enfrentarse al virus los asiáticos apuestan fuertemente por la vigilancia digital. Sospechan que en el big data podría encerrarse un potencial enorme para defenderse de la pandemia”, señala. Así, en la batalla contra el virus se encuentran científicos y especialistas en informática y macrodatos.
“Žižek afirma que el virus ha asestado al capitalismo un golpe mortal, y evoca un oscuro comunismo. Cree incluso que el virus podría hacer caer el régimen chino. Žižek se equivoca. Nada de eso sucederá”, afirma.
Según Byung-Chul Han, el virus no conmoverá a China, en todo caso China podría exportar su modelo de control policial basado en la vigilancia digital y que le ha permitido manejar exitosamente la crisis. “Y tras la pandemia, el capitalismo continuará aún con más pujanza”, dice.
Europa está fracasando. Las cifras de infectados aumentan exponencialmente. Parece que Europa no puede controlar la pandemia. En Italia mueren a diario cientos de personas. Quitan los respiradores a los pacientes ancianos para ayudar a los jóvenes. En comparación con Europa, ¿qué ventajas ofrece el sistema de Asia que resulten eficientes para combatir la pandemia? Estados asiáticos como Japón, Corea, China, Hong Kong, Taiwán o Singapur tienen una mentalidad autoritaria, que les viene de su tradición cultural (confucianismo). Las personas son menos renuentes y más obedientes que en Europa. También confían más en el Estado. Y no solo en China, sino también en Corea o en Japón la vida cotidiana está organizada mucho más estrictamente que en Europa. Sobre todo, para enfrentarse al virus los asiáticos apuestan fuertemente por la vigilancia digital. En China hay 200 millones de cámaras de vigilancia, muchas de ellas provistas de una técnica muy eficiente de reconocimiento facial. Captan incluso los lunares en el rostro. No es posible escapar de la cámara de vigilancia. Estas cámaras dotadas de inteligencia artificial pueden observar y evaluar a todo ciudadano en los espacios públicos, en las tiendas, en las calles, en las estaciones y en los aeropuertos. Toda la infraestructura para la vigilancia digital ha resultado ser ahora sumamente eficaz para contener la epidemia. Cuando alguien sale de la estación de Pekín es captado automáticamente por una cámara que mide su temperatura corporal. Si la temperatura es preocupante todas las personas que iban sentadas en el mismo vagón reciben una notificación en sus teléfonos móviles. No en vano el sistema sabe quién iba sentado dónde en el tren. Las redes sociales cuentan que incluso se están usando drones para controlar las cuarentenas. Si uno rompe clandestinamente la cuarentena un dron se dirige volando a él y le ordena regresar a su vivienda. Quizá incluso le imprima una multa y se la deje caer volando, quién sabe. Una situación que para los europeos sería imposible, pero a la que, por lo visto, no se ofrece resistencia en China.
Pese al pánico el sistema financiero global, el coronavirus no logrará derribar al modelo económico, opina. “El virus no vencerá al capitalismo. La revolución viral no llegará a producirse. Ningún virus es capaz de hacer la revolución”, afirma. Consecuentemente, rebate la teoría de Žižek de que el COVID-19 esparcirá un virus ideológico que hará nacer una sociedad alternativa. “El virus nos aísla e individualiza. No genera ningún sentimiento colectivo fuerte (…). La solidaridad consistente en guardar distancias mutuas no es una solidaridad que permita soñar con una sociedad distinta, más pacífica, más justa. No podemos dejar la revolución en manos del virus”, asevera. Quienes tenemos que repensar y restringir radicalmente el capitalismo destructivo, y también nuestra ilimitada y destructiva movilidad, para salvarnos a nosotros, para salvar el clima y nuestro bello planeta”, concluye.
Texto 3.  


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