PLAN DE
CONTINGENCIA
EES26 - 6to B TT
Materia: “TALLER DE PRODUCCIÓN EN LENGUAJES”
Profesora: Silvia
Marchant
TRABAJO
INDIVIDUAL
ENTREGA: Jueves 26 de marzo de 2020
correo electrónico: silviainesmarchant@gmail.com
correo electrónico: silviainesmarchant@gmail.com
ANALIZAR LA SIGUIENTE NOTA DE OPINIÓN
Diario Página12 - Opinión (16 de marzo de 2020)
No se puede jugar ni al ajedrez
Por Juan José Panno
Hay que suspender el fútbol. Es absurdo que los jugadores se
saluden protocolarmente con el codo o salgan a la cancha con barbijo, pero
después entren en contacto estrecho cada vez que hay un córner o festejen un
gol con interminables abrazos convertidos a veces en montañas humanas. Se
pueden prescindir de las celebraciones de los goles, pero quitar del juego las
acciones de pelota parada es decididamente imposible. Es que, entre otras
cosas, hay directores técnicos que no conocen otro método ofensivo que ese.
Antes de un partido, o antes de un alargue o una definición
por penales, los jugadores suelen hacer una ronda jurándose ganar cueste lo que
cueste, sin advertir que el costo mayor sería el de contagiarse de un compañero
apestado.
Pero en general en todos los deportes se producen situaciones
poco deseadas en medio de la pandemia y la paranoia reinantes. Ni hablar de
boxeo y sus derivados, de lucha, kungfu, karate-do, yudo, aikido, kendo y artes
gemelas. Pero hay más peligros en otras actividades deportivas. Un caso muy
significativo es el del vóleibol. Hay una red en el medio, no existe contacto
entre los jugadores, pero el que vio alguna vez un partido de este deporte
sabrá que es el más toquetero de todos. Los jugadores de un mismo equipo se
rozan antes de empezar, después de cada tanto ganado, al empezar un nuevo set y
al final.
Lo mismo pasa en el básquetbol con los tiros libres. Al que
convierte o yerra el primero, siempre hay alguien que lo saluda con un
contagioso toque de manos. Cuando el entrenador solicita un minuto, los
jugadores se reúnen en una especie de scrum, cabeza con cabeza. Es muy común
también que celebren un buen doble o triple con un salto para chocar las panzas
y juntar los rostros.
Del mismo modo, las carreras de posta también son
superpeligrosas, en tanto y en cuanto se mantenga la idea de que se pasen el
testimonio unos a otros después de recorrer una distancia determinada. El corredor
A podría pasarle el virus al B, el B al C, el C al D, y en una sola carrera ya
tenemos cuatro casos para engrosar la ya larga lista de infectados.
El rugby, naturalmente, por razones obvias entraña más riesgo
que una aglomeración de hora pico en subte, pero hasta en el ajedrez se pueden
producir situaciones de riesgo. ¿Qué hace el jugador cuyo peón llega a la
octava casilla del rival? Se convierte en rey. Es raro que un peón se convierta
en rey, pero así funciona el mundo del ajedrez. El asunto es que cuando un peón
llega al final de su recorrido posible se dice que corona. Y quien dice corona
dice coronavirus, con todo lo que esto implica.
Ya sabemos que el precepto que rige al deporte es eso de
“mens sana in corpore sano” (mente sano en cuerpo sano). Y eso hay que cuidar.
Suspendamos todo de una vez.
CONTESTAR LAS
SIGUIENTES PREGUNTAS:
1-
¿Cuál es la hipótesis que propone el autor?
2-
¿Qué recursos utiliza para argumentar la hipótesis?
Indique subrayando el texto.
3-
¿Cuál es la conclusión?
4-
Relaciona el título de la nota con el cuerpo del texto.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario